lunes, 31 de julio de 2017

La izquierda religiosa cree en los milagros de la tecnología



Cuando se sabe que no existe posibilidad alguna de mantener la producción como la que se está dando, lo que significa que tarde o temprano (años) irremediablemente las fábricas dejarán de existir y, además,  la concepción equivocada de una producción a contra marcha de las necesidades coyunturales que el planeta comienza a exigir, y que paralelamente  empieza a subordinarse exclusivamente a los recursos disponibles en el futuro inmediato y no solamente al capital  ¿qué es lo que debería proponer un partido revolucionario? 

Entiendo que la alerta de este cataclismo social y político en puerta debería ser el punta pié inicial, para organizar desde allí a las masas que decidan querer sobrevivir. Pero no lo ven así estos partidos, o la mayoría de ellos.  En casi todos estos partidos anticapitalistas argentinos (por no decir todos) , existe la misma esperanza en las energías limpias o renovables que podrían esquivar la posibilidad de colapso. Lo que nunca han hecho estos partidos es demostrar la solidez de sus hipótesis salvíficas frente a este escenario pre-apocalíptico. No solo no pueden responder, sino que asumen que frente a la ignorancia hay que seguir con las mismas estrategias de hace cien años y no mirar mucho más allá del "avance de las conciencias de las masas".

Ningún partido que se pretenda revolucionario puede negar hoy mismo la debacle energética que se avecina y la consecuente extinción de millones de puestos de trabajo (nadie puede estipular un porcentaje de las dimensiones que comportan este escenario). Exigir más trabajo, digno o no, en estas condiciones, no solo será un sinsentido, sino que ya se está volviendo reaccionario. La energía en términos sociales modernos, está ya condenada a muerte. No existe forma de poner ningún invento ni tecnología para garantizar una adaptación ordenada de nuestra sociedad. El que diga lo contrario que ya empiece a discutir su teoría y presente sus pruebas,para no quedar como un charlatán (algo que nos achacan los ignorantes a nosotros). 

Como ya estamos acostumbrados, estos partidos interpelados esperan que uno sea quien convenza a las masas a través de un espacio escuálido como este blog ( o peor, nos exigen que fundemos otro partido más para aportar la crítica) . Mal por ellos, quienes teniendo  una descomunal oportunidad de llegar a las masas  y discutir esta coyuntura INNEGABLE, deciden acallar, censurar, ningunear o simplemente presentar credenciales para deslegitimar las críticas, sin haber siquiera puesto un solo argumento o prueba de sus defensas.

Acá dejo información  para combatir esas  "ilusiones" de estos partidos de contener el colapso.

http://crashoil.blogspot.com.ar/2012/01/un-mix-renovable-escala-global-con.html

jueves, 20 de julio de 2017

La "entropía" del marxismo también contribuye a la aceleración del colapso


El marxismo que utiliza solo algunos datos de la realidad, como los libros de Marx, Lenin o Ttrotsky y las de sus repetidores en todos los órdenes de la vida, no es marxismo, es religión. 

En la actual situación en que se encuentra la humanidad, el marxismo debe sacar todo de sí, si es que pretende realizar una verdadera colaboración con los problemas que sufre y sufrirá aquella. Esto quiere decir que además de tomar a los referentes del marxismo tradicional, las coyunturas políticos locales y mundial, deberá también considerar otros datos  que se empiezan a volver trascendentales para corregir con mayor precisión la caracterización de la realidad. Uno de esos datos necesarios es el dado por la Termodinámica, la cual nos provee de leyes que siempre estuvieron vigentes pero que en siglos anteriores no implicaron su reconocimiento por los luchadores y marxistas del mundo, por no interferir duramente en la realidad. Sin embargo, hoy se vuelven relevantes para el análisis del curso de la historia. 

El segundo principio de la Termodinámica nos avisa que cuánto más desordenamos, más rápido nos llega la descomposición y la muerte. El físico-matemático Antonio Turiel así define a la entropía: "es el pozo de desorden en el que inexorablemente nos vamos hundiendo a medida que vamos transformando el Universo". A partir de las últimas informaciones sobre cómo hemos transformado el mundo, muchos científicos han comenzado a llamar a esta época como el Antropoceno, momento en que el hombre ha interferido sustancialmente en los procesos naturales alterando incluso los ciclos ecosistémicos del planeta. En términos científicos, utilizando los principios de la termodinámica y no los planteos vagos de Rosa Luxemburgo de que estamos yendo a la barbarie, el humanismo a través del capitalismo está acelerando su extinción, aumentando exponencialmente la entropía del entorno (como lo expresa la física moderna). Lo de Rosa es una advertencia política, aquí se habla de advertencia científica con una precisión notable.

Por otro lado, la misma Termodinámica podría ser de utilidad para los programas políticos revolucionarios en el sentido que a través de la misma ya se puede prever que todas las esperanzas en revertir el desastre y la colisión de esta sociedad son inútiles. Es decir, todo aquel que crea que existe un crecimiento ilimitado, sea quien sea quien dirija el crecimiento, es un testarudo. Con esto solo, muchos programas políticos revolucionarios deberían ser tirados al basurero, por ejemplo. 

Como dice Turiel, los objetos  siempre han tenido un funcionamiento molecular bastante anárquico e impreciso, que tienden al desorden permanente. La cuestión es que no hemos hecho mucho para mantener un cierto ritmo de descontrol (de la entropía) sino que hemos aumentado ese ritmo y de no pararlo tenemos los días contados, a pesar del estado teológico (Compte) de muchos marxistas.

Con esto no estoy abogando que los científicos comanden la revolución, como muchos anochecidos me han insinuado, más bien afirmo que es imposible escapar a estos conocimientos para establecer puntos de contacto con la lucha que deberemos de dar próximamente sin caer una patética representación de la lucha que no era. 

Acá dejo estos dos artículos de Turiel, que con gran plasticidad vuelca los conocimientos duros en una prosa bastante didáctica para los iniciados.

http://crashoil.blogspot.com.ar/2017/07/siervos-de-entropia.html

http://crashoil.blogspot.com.ar/2012/04/entropia.html


martes, 18 de julio de 2017

Un punto a favor para el MST, pero solo un puntito

Bien por el MST argentino que empieza a decir las cosas por su nombre, a pesar de sus grandes limitaciones políticas como partido político revolucionario. 

Como lo vengo sosteniendo en este blog, una de las cuestiones fundamentales a resolver en la inmediatez es la abolición de la minería --así lo está afirmando el MST en su sección "medio ambiente"--, principal motor del desarrollo de las fuerzas productivas y de la contaminación, así como acelerador del exterminio masivo de seres vivos en el planeta.

También acierta en criticar al FIT argentino por no considerar el tema e incluso proponer salidas reaccionarias como las del control obrero de este tipo de producción megacontaminante. 

Pero el MST al final de la nota tiene más fe que teoría marxista para el destino de la humanidad, ya que plantea que habría un progreso metabólico para el 99% de la población, desconociendo por completo la magnitud de lo que implicará el colapso de la civilización y las ya irreversibles condiciones que nos propondrá la biosfera en las próximas décadas. Sustituir la matriz energética es algo que habrá que hacer lo antes posible, pero no frenará el colapso de una civilización que llegará a los 10 mil millones de habitantes y que no le alcanzará el tiempo para organizar una sociedad en derrumbe permanente, ni para garantizar a todos la salud, la comida, el techo y menos espacios para contrarrestar el estrés de tiempos oscuros como los que se vienen. Es más, esa sustitución de la matriz energética está siendo demostrada desde los estudios de ingeniería en forma sólida y contundente que es totalmente incapaz de sostener una sociedad como la que hemos alcanzado en complejidad y más todavía si  es que entendemos que las leyes termodinámicas hasta el día de la fecha son inquebrantables. Esa postura, la del MST es un nueva impostura, porque pone la fe en la tecnología y no en la ciencia, la cual viene demostrando que el decrecimiento es inevitable y que los problemas son abrumadores. 

El MST, por lo menos, empieza a reconocer que sus políticas ya no sirven para los tiempos que vivimos. Primer paso para enfrentar las miles de balas que deberemos eludir en nuestro próximo destino. Otra cuestión serán sus planteos de cómo colaborar con la toma del poder, críticas que otros trotskystas tenemos bien en claro, pero el paso importante dado aquí, aunque de manera implícita, es empezar a dibujar un nuevo "qué hacer" para un inminente colapso con todos sus dramas y variables desconocidas aún.

lunes, 17 de julio de 2017

Hay fábricas como las de producción de plástico que deben desaparecer



Para el 2050 se estima que la cantidad de plástico que acabará en el mar superará en cantidad a los propios animales que viven allí. Esto es terrible para los ecosistemas oceánicos y para toda la humanidad, la cual depende en gran porcentaje que esa biodiversidad no se altere lo suficiente para no  poner en peligro a los demás ecosistemas planetarios. 

En el documental A plastic ocean nos encontramos  que  en los estómagos de miles de  animales en contacto con el mar  se han descubierto grandes cantidades de partículas de plástico que fueron confundidas con comida y que de a poco van envenenando el organismo, provocando la muerte y hasta la extinción de especies marinas. 

Millones de toneladas de plástico se producen en miles de fábricas alrededor del mundo y tal producción para los próximos años se doblará o triplicará. El ecosistema marino no tiene muchas chances así de sobrevivir.

¿Qué plantea la izquierda anticapitalista para estos obreros que fabrican el plástico? ¿Expropiar acaso? ¿Pelear en los sindicatos de estos para que ganen mejor? Claramente, estas políticas ya no sirven para el pensamiento revolucionario contemporáneo, el cual debe irremediablemente intervenir en estas trascendentales cuestiones para nuestro futuro. Apoyar hipotéticamente a estos trabajadores, por ejemplo, es entregar la lucha  solo por unos panes. De no pararse la maquinaria contaminante, ninguna revolución podrá dirigirse al comunismo, sino a la extinción. Los partidos revolucionarios deben asumir su nuevo rol, de informadores de la alerta mundial del colapso, de conformarse como  organismos capaces de comenzar el rescate de los lugares que todavía son bastiones naturales para mantener la vida (pero no al estilo "greenpeace"), y comenzar a acelerar la toma del poder antes que no quede nada.  No se puede seguir mirando para el costado cuando no existe política para lo que se viene. Por eso es necesario salir a discutir y volcarse a la inmensa tarea de preparar la lucha total contra todo lo que se nos ponga en el camino. Si es que no somos tan egoístas y creemos que este desastre que dejamos a nuestros hijos no es un problema solamente de ellos, sino nuestro,  entonces, deberíamos hacernos cargo de nuestra ignorancia y nuestra inapropiada forma de encarar estos problemas. 

Que todos los trabajadores deban tener un plato de comida es correcto, pero en la actual coyuntura planetaria, ganárselo poniendo en funcionamiento la maquinaria megacontaminante ya no puede ser un trabajo a defenderse por los revolucionarios. En todo caso, la comida del trabajador debe conseguirse por otros medios y no a través de un salario produciendo plástico, por ejemplo. Y esto significa llanamente que el capitalismo no puede garantizar este tipo de "beneficios", lo que nos obliga a considerar que existe latente una gran crisis revolucionaria mundial abierta por el peligro de la extinción humana. La humanidad debe ya mismo comprender que el capitalismo nos lleva a la muerte y no va a poner el freno. De colaborar con la comprensión de esta alarma real, los partidos revolucionarios tendrían la enorme subjetividad de las masas en sus manos para realizar el tan esperado tiro gracia en la sien del sistema. Aunque, hay que decirlo, sin haber hecho nada al respecto, ya se nota en muchos "revolucionarios" como les tiemblan las manos  que portarán las armas para el golpe final. Claro que una acción de esta magnitud supone desatar ya mismo la pelea a diestra y siniestra. Algo que la mayoría no quiere porque prefiere esta lenta agonía, que sería según ellos más tranquila que la de desatar la revolución.
El colapso nos está llevando aceleradamente a una especie de embudo en el cual una vez dentro todos nos licuaremos entre nosotros. Un partido revolucionario serio debería tener mínimamente un programa político que tome cada uno de estos hechos que se están sucediendo en sus narices y proponer, en conjunto con otros partidos revolucionarios y con la ayuda de todas las ciencias que se pongan a disposición de tal tarea, un sin fin de acciones que ya mismo se deberían empezar a realizar para salvar mares, bosques, ríos, plantaciones, agua, animales, etc. Para tremendo programa habría que cerrar fábricas, mineras, centrales atómicas, antes que el capitalismo lo haga de forma tardía, impulsado por el colapso y no por cuestiones "ambientales y humanas".

Dicho esto último, emerge de nuevo la idea inevitable de revolución; con ella, solamente con ella, podremos enfrentar el cataclismo que estamos alimentando. Justamente, dejar de darle “alimento” a esta bestia que hemos creado los humanos, el colapso ecosistémico y civilizatorio, puede darnos una oportunidad de reorganizar nuestra adaptación al nuevo escenario que ya es irreversible. ¿Cuánto piensa la izquierda anticapitalista que tiene para prepararse seriamente para pelear al lado de los millones de refugiados ambientales, al lado de millones de laburantes que ni aunque tomen las fábricas podrán ponerlas a funcionar a raíz del declive energético? ¿Cuánto cree esta izquierda que puede mantener esperanzado al movimiento obrero con la consigna de que los puestos de trabajo hay que defenderlos sin realizar una crítica a lo que se hace en esa fábrica? ¿Cuánto? Si como dicen los expertos, las fábricas de plástico se mantienen por 25 años más, con el apoyo sistemático incluso de la izquierda, la vida en los mares se habrá acabado por completo y todo gracias al capitalismo, a la izquierda inútil y a todas las masas que viven para el día a día como cualquier animalito sin conciencia. 

sábado, 15 de julio de 2017

Un fantasma recorre el mundo, el fantasma del colapso




Estamos por llegar en los próximos años a los 2 grados de aumento de la temperatura global. Cuando eso ocurra, los océanos estarán más calientes de lo que ya están en la actualidad. Esto tendrá como consecuencia directa la muerte casi definitiva de todos los arrecifes de coral del mundo. Con ello se perderá también a uno de los más grandes sumideros de carbono que podríamos tener (el coral utiliza en CO2 que se disuelve en el agua y lo incorpora para la formación de arrecifes, donde en definitiva queda depositado). Si a esto le sumamos  la pérdida de bosques y la continuidad del desarrollo de las fuerzas productivas (y, por ende, la "producción" de la contaminación), me parece, que el nuevo amo del planeta será próximamente el CO2.

Según los científicos, el calor que queda taponado por los gases de efecto invernadero afecta en primer orden al mar, en virtud de que este absorbe nada menos que el 90 % del calor. Si fuéramos más sensatos, deberíamos comprender que sin ese "milagroso" mar hoy estaríamos todos asados. De ahí que el cuidado de aquel debería ser preocupación de todos los que no tienen un pasaje para viajar a otro planeta, viaje que ya está proponiendo Stephen Hawking. 

En el documental Chasing Coral, recientemente estrenado, se puede observar en forma directa la tragedia de uno de los animales más importantes (incluso más importante que el hombre) por su trabajo "socialista" bajo las profundidades del agua. Estamos hablando de un animal  (el coral) que en sus entrañas permite que vivan otros seres vivos, que facilita el hábitat de millones de peces, y, que además de servir de barrera para las olas en las costas, colabora sin chistar para que todo lo que esté fuera del mar tenga hoy la posibilidad del milagro de la vida. 

Uno de los científicos del documental utiliza una metáfora clave para expresar la idea que mi  blog “Un marxismo para el planeta” viene difundiendo: el colapso. La metáfora expresaba que la muerte progresiva del coral es una carta del castillo de naipes (que serían nuestros ecosistemas interconectados) que estamos quitando. Pero creo que el científico se queda corto, las cartas que hemos sacado indican que el castillo se está empezando a derrumbar. El mismo documental rastrea las estadísticas científicas sobre las proyecciones de  las temperaturas del mar para los próximos 30 años y todas dan como resultado picos de temperatura más altos de los que ya tenemos. Lo que quiere decir que la extinción de los corales y de la mayor parte del mundo marino supondrá para la humanidad su propio descalabro. 

El documental, sin embargo, tiene un déficit, la de creer que después de todo lo narrado y expuesto por él mismo, propone que se puede detener el desequilibrio ecosistémico solo con la difusión del problema y con buenas intenciones. Me temo que se mienten así mismos para digerir lo que ellos mismos están observando con sus propios ojos (muchos científicos lloraban en varias escenas). El colapso es imparable. Una verdad dolorosa pero ambigua. Esta época es un parto de alto riesgo. Todas las probabilidades indicarían que es una muerte segura de estos "hijos"  que a pesar de todo quieren todavía nacer. Allí estamos hoy, en ese tránsito peligroso que depende ya de un hilo. La civilización occidental, cuerpo de nuestra madre civilizatoria, para casi todos una madre adoptiva, nos expulsará prontamente de su vientre putrefacto hacia el abismo. El problema de estos "hijos" de época será que no tendrán a nadie al lado para garantizarles el alimento, la ropa, la educación, nada de nada. Tendrán que vérselas solos en mundo en ruinas. Por eso, todos los revolucionarios del mundo, sabiendo de la terrible alarma que  empieza a llegar de todos los confines del planeta, deberían prepararse para la organización de la resistencia, única forma de tener alguna base con la cual prever posibles acciones para la supervivencia. Cuando la revolución se entere que no tendrá imperialismo, gobierno o patrón a quien hacerle un paro o cortarle la ruta o quitarle el poder ¿a quién cree que le hará la revolución? La revolución socialista había que hacerla hace 100 años, no la hicimos. Bien, entonces habrá que hacerla ahora porque pronto no tendremos ningún enemigo político con quien discutir el control de la economía, salvo las hordas de humanos desesperados sin ningún tipo de poder ni recursos. 

Esperemos que toda la izquierda anticapitalista mundial comience de una vez por todas a juzgarse como cómplice de una política mezquina, cortoplacista y efímera. Cuando estamos en proceso de Colapso (quien lo niegue debe refutarlo con sólidos argumentos por la trascendencia del problema que está en juego)  no es la de lograr "comer" la consigna de un revolucionario, esa es la consigna del hombre común, incluso del alienado. Tampoco es ganar un sindicato para pelear con otras fuerzas de izquierda para ver  quien es la vanguardia y quién gana gente para el partido. La tarea de las organizaciones y partidos anticapitalistas es pensar en el futuro. Un partido revolucionario, sin dejar de intervenir políticamente en los sindicatos, en la búsqueda de la toma del poder, debe idear prontamente posibles escenarios del colapso para en consecuencia establecer planes de contingencia revolucionaria. Es un trabajo arduo que obligará a salirse incluso de los cánones marxistas. Esto último es lo más difícil, porque supondrá una batalla teórica sin precedentes sobre lo que habremos de hacer cuando el caos se empiece a desatar. Por eso la urgencia del tratamiento del problema.

Marx escribió alguna vez que un fantasma recorría Europa y tenía mucha razón. Hoy, a pesar de muchos, otro es el fantasma que recorre Europa y todos los demás continentes, el colapso civilizatorio.


jueves, 13 de julio de 2017

La naturaleza ya firmó su sentencia, la izquierda su notificación



El desprendimiento de la masa de hielo llamada "Larsen C" acaecido en estos días es un hecho geológico y político de una magnitud colosal. Digo político porque las consecuencias de esto serán también en el orden político. Esto quiere decir que todas aquellas apreciaciones científicas o banales sobre este acontecimiento (abundan en los medios y redes)  que no lo vinculen con el devenir político no suman en nada, sino más bien para relleno del espectro mediático. 

Si partimos de la idea que nos aportan los científicos debemos saber que este iceberg "Larsen C" fue en su momento parte del muro de contención del hielo glaciar. Al no estar donde debería los pronósticos del posible colapso del glaciar  activan las alarmas sobre el destino de la humanidad. Si a esto le sumamos que el cambio climático no es un invento, entonces, las consecuencias de esta aceleración inusitada del deshielo debería ser tomada con toda la seriedad política que se merece. Las muestras son elocuentes. La grieta se hizo fractura, la fractura provocará otras con el tiempo hasta llegar inevitablemente al aumento sustancial de los mares y la consecuente inundación de las ciudades costeras del mundo. En este preciso momento, la naturaleza está firmando nuestra sentencia y nosotros nuestra situación de notificados. La irreversibilidad de los procesos termodinámicos ha adquirido el estatus de premisa política. Todas las luchas que se libren en la tierra están ya determinadas por el curso de la crisis ecológica y no por sus vanguardias y condiciones subjetivas y objetivas. De nada serviría ganar pequeñas luchas si en estos años los obreros no toman el poder. De qué serviría mantener puestos de trabajo por un año o dos, cuando  no nos queda más de medio siglo para empezar a construir una sociedad nueva, como decimos los socialistas. ¿Acaso un marxista revolucionario cree seriamente que construir el socialismo, así como venimos (y mirá que dentro de los socialistas hay de todo), se puede hacer en un par de años? Por ejemplo, el socialismo triunfal podría cambiar el paradigma energético (principal tarea para dejar de contaminar y hacer frente al declive del petróleo), pero, ¿cuánto tiempo le llevaría hacerlo en un mundo que vivió históricamente alienado por el capital? Difícil creerle a este marxista mormón. Esto es lo que realmente preocupa, la ineptitud de esta izquierda autista que no es capaz de discutir con seriedad lo que ocurre frente a sus ojos. Si con 6.000 kilómetros cuadrados de "seriedad" que deambulan por el océano como muestra mínima de lo que viene, la izquierda todavía sigue pensando que no hay que cambiar nada en la estrategia, deberíamos también firmar nuestro testamento para los microbios. 
 El caos se avecina y los revolucionarios estamos pintando en el pizarrón un socialismo para dentro de cien, doscientos  o trescientos años, colaborando, incluso, para que ello sea así y no para ayudar a acelerar la maduración de la revolución.  

Las alarmas deben prenderse ahora en este preciso momento en que todavía podemos pensar "tranquilamente" caminos para recorrer en esto que llamo la resistencia en el colapso.

Quien pretenda levantar una consigna que exprese la esperanza de controlar de nuevo la naturaleza estará planteando nada menos que una consigna reaccionaria. La naturaleza llegó al punto en que no negociará más con nosotros, seremos nosotros los que deberemos adaptarnos al mundo catastrófico que hemos permitido alcanzar.  Ninguna revolución podrá construir de nuevo ese muro de contención glaciar, solo quedará para ella resistir los terribles coletazos que nos tiene preparado la madre naturaleza por nuestras estúpidas posiciones egocéntricas, sectarias y nihilistas, las cuales nunca pudieron derrotar al nefasto capitalismo mundial, lo cual, al parecer, será por obra y gracia del mayor revolucionario de todos: la evolución natural. 



viernes, 7 de julio de 2017

Un documental que nos advierte que la brutalidad humana no tiene límites

http://videos.videoformes.com/archives/videos/ZAVAN_On%20nation%20_and%20other%20dogmas_.mp4


Este documental trabaja con imágenes de la realidad, aunque muchos no lo crean.
 La pregunta sería, qué imágenes nos tiene preparada la realidad, la cual tendrá prontamente un nuevo ingrediente, el colapso de nuestra civilización.
 El documental en cuestión muestra la crueldad de nuestra especie en un contexto de reacodomamiento sistemático del poder capitalista. Guerras, exterminio, religión, ídolos, dogmas, fútbol, etc.  constituyen manifestaciones de la  degradación de la humanidad, convirtiéndo a esta  en un verdadero monstruo de mil cabezas.
  A juzgar por las imágenes de tiempos pretéritos y actuales (el documental solo rastrea una parte de las millones de escenas terroríficas que la humanidad ha presenciado) , la magnitud de la brutalidad que podemos vislumbrar para el futuro próximo parece inenarrable, porque en la época en que empezaremos a transitar no sabremos ni quien será nuestro enemigo. En un caos planetario donde las élites deberán contener a la humanidad entera desesperada (lo que implicará seguramente su eliminación o nuestra eliminación) , con Estados semimuertos, con hambre, enfermedades, desequilibrios ambientales, falta de recursos, descreencias, pérdida del sentido de la vida, sin ganadores ni perdedores (todos perderán inevitablemente) la lista de enemigos se vuelve tan difusa, que quizás tengamos al enemigo durmiendo en nuestra propia mente.

domingo, 2 de julio de 2017

La sequía china y la sequía revolucionaria



China sufre una de las peores sequías de su historia y la cifra con ceros que arrojaría por pérdidas son monumentales. El desequilibrio climático es una cuestión de primer orden, principalmente por atravesar por completo el orden humano conocido hasta el día de la fecha. Las olas de calor si bien son un problema grave para la salud humana, acarrean otros no menos mortales problemas para las sociedades modernas. Uno se pregunta qué plantea la izquierda revolucionaria para la mayor masa obrera del mundo, la china, frente a estos problemas. ¿Acaso de nuevo la simple toma del poder sin ni siquiera tener un programa que proponga un paradigma vivencial coherente con la irremediable crisis ecológica? ¿Acaso controlar los grandes desiertos en que se están convirtiendo las sabanas fértiles podría ser algo a plantear seriamente para los revolucionarios chinos? Si a la izquierda revolucionaria  no le importa el devenir chino, (no se ve tal preocupación como sí Marx la tenía con los trabajadores ingleses),  esta  izquierda  debería ir pensando cómo hacer frente próximamente a la inmensa demanda de sus pueblos frente a las necesidades materiales que aceleradamente dejarían de ser atendidas por China,  porque todo indicaría que esta potencia tarde o temprano se derrumbaría a raíz de los desastres que nos tiene preparado el devastador desequilibrio ecosistémico.

Cada ejemplo nos sigue mostrando que estamos lejos, desorientados, pero lo más preocupante es que seguimos en la negativa de ver los enormes desafíos que se abren a partir de nuestra ignorancia de los procesos sociomabientales que se generan a partir de la llegada al umbral de una época. Tenemos un plan A, para una situación revolucionaria clásica. Pero no tenemos un plan B para una situación total de emergencia planetaria.

http://www.straitstimes.com/asia/east-asia/northern-china-suffering-worst-drought-on-record