miércoles, 30 de agosto de 2017

El dios de los hindúes está muriendo, pero no es Nietzche quien lo dice, sino el cambio climático



El mítico río Ganges tiene nada menos que 600 millones de hijos en sus riberas. De aquel depende la subsistencia de toda esta inmensa cantidad de seres vivos. La situación de esta gente parece que a nadie le preocupara, excepto a algunos científicos y a los que están pensando como "controlar" el posible descontrol (por ejemplo, la ONU). La cuestión es alarmante a consecuencia del cóctel explosivo que se viene dando. Uno de esos ingredientes es, como se refiere más arriba, la inconsciencia generalizada del camino a un genocidio sin precedentes. Otro es la conocida contaminación de esas aguas a niveles superlativos que se lleva la vida de miles por su sola ingesta. Y se le suma al cóctel el peor de todos los ingredientes, la desaparición inevitable del glaciar Gangotri a causa del cambio climático. Este dios hindú, el glaciar que les provee el mayor caudal de agua, se está muriendo rápidamente y no será culpa de Nietzche sino del capitalismo y su contaminación criminal.  En las próximas décadas, según los estudios científicos, la mayoría de la "nieve eterna" (esto significa Himalaya) habrá desaparecido, lo que supondrá para todo este camino de años un aluvión de dramas impensables desde la óptica conformista y negadora de la lógica occidental. El agua derretida del glaciar hará desbordar los lagos de las montañas, tales desbordes arrasarán con todo a su camino, pueblos, infraestructura, cultivos, etc. Luego vendrá la sequía y por último la extinción de lo que una vez se conoció como el río más milagroso del mundo. Pero ahí no terminaría todo, ahí comenzará el peor problema, la crisis política de los gobiernos ante la imposibilidad de controlar a un país con uno de los ejércitos de desesperados más grande de la tierra: la India. Y si a eso le sumamos que no es el único caso, sino que están las demás poblaciones como la china que dependen de estos glaciares del Himalaya, la cosa se va a poner un poquito peor. 

En fin, la vida en la tierra será todo un arte (siempre lo fue) de resistencia. Nuevas "Sirias" se dibujan en el horizonte, y cada una que se sume atraerá nuevos e inciertos problemas geoestratégicos, que finalmente llegarán de una u otra forma a nuestras puertas. No hay forma alguna de seguir creyendo en el "confort de nuestra explotación" para negar el futuro inminente, a no ser que algunos se crean  el nuevo dios de los hindúes. 

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