viernes, 1 de diciembre de 2017

" Debemos tener un cambio sistémico o morir"

" Debemos tener un cambio sistémico o morir" dice el artículo, una especie de consigna marxista de "revolución o muerte". Pero este artículo no corresponde a un diario de izquierda.


Es sintomático que un medio burgués como Clarín replique un artículo que responsabiliza al capitalismo del desastre ambiental y que aboga por el fin de este sistema desquiciado. Lo que ocurre es que es imposible negar la trascendencia política del fenómeno natural llamado cambio climático y sus consecuencias para la vida en la tierra. Cuando las alertas científicas han sonado casi por completo, el miedo comienza a permear por todos lados. De a poco iremos viendo seguramente a ciertos sectores capitalistas acorralados por los efectos tremendos de la crisis ecológica, y no tardarán en presentarse como ilustres luchadores por el ambiente. En ese contexto habría que ubicar a este artículo.

En la nota del New York Time que el diario Clarín publica se dice algo muy importante. El cambio del sistema capitalista no lo estaría fogoneando las contradicciones de clase, sino el peligro real y fáctico de la extinción masiva que pesa sobre nuestras cabezas y la de todos los seres vivos del planeta. Los revolucionarios del mundo estamos viviendo atrasados por lo menos cien años de lo que nos exige la actual coyuntura. Vivimos en un callejón sin salida, donde pelear solamente por las condiciones laborales  a su vez nos coloca como colaboradores de la continuidad del régimen capitalista y sus consabidas consecuencias para el daño ecológico, porque de eso se trata el problema, que no tenemos más tiempo para darle continuidad al sistema productivo depredador. 

Ese es el problema central que tenemos hoy, el de convencer al proletariado y campesinado mundial de que hay que extirpar con urgencia el cáncer capitalista antes que sea demasiado tarde. Todo un desafío político y cultural, donde muchos de los partidos anticapitalistas en vez de ser vehículo para la organización de semejante demanda de época, son bastiones del dogmatismo que operan políticamente para frenarla, escudándose en la falta de condiciones para la revolución, como si esta solo se diera por una receta inmutable. La crisis ecológica tira por tierra esas condiciones, ya que si tuviéramos que esperar que se den las condiciones subjetivas y objetivas clásicas del marxismo en todo el planeta, lamentablemente no tendremos oportunidad alguna. La tarea es titánica, pero no hay alternativa. Cuánto más dejemos a un plano secundario la crisis ecológica de los debates políticos más contribuimos a perder margen de maniobrabilidad para la supervivencia nuestra y de las próximas generaciones.




https://www.clarin.com/new-york-times-international-weekly/?url=%2Fclarin%2Fstory%2Fcontent%2Fview%2Ffull%2F77234

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